Estampas del Sendero Nº 9.

Historias y Leyendas de la Vida…

A Mediados del mes de julio del año 2.000.

¡Maestro, deseo llevarlo a visitar una Laguna mágica que está cercana a Bogotá, dijo la muy Resp. Hna Aída Contreras.
Aída parece estar hecha de sueños, de leyendas de ilusiones, su pequeña hijita, Citlali, parece como su nombre lo indica, una estrellita del amanecer. -Está bien- , le contesté. Después del Ceremonial Dominical, enfilamos en una buseta con un grupo de personas hacia el mágico lugar.
La laguna de Guatavita se encuentra ubicada como a 15 Kilómetros al Norte de Bogotá. El trayecto está dibujado de montañas, de praderas y de sabanas.

La laguna de Guatavita es toda una leyenda. ¡Cuando lleguemos, se va a sorprender-, decía Aída. Según la tradición, su fondo está lleno de oro, se cuenta sobre las piezas del preciado metal de los Muiskas, que al llegar los españoles, la tribu hizo una cadena de personas, y de mano en mano entregaron sus tesoros a la Laguna. El trayecto fue muy agradable. Al llegar descendía una fresca lluvia lo cual hizo, que los visitantes regresaran; bajamos por un camino; frente a nosotros se cruzaban los pájaros azules y de otros colores, la laguna es muy hermosa en realidad, está rodeada circularmente de una profusa vegetación llena de árboles y de pájaros.
Lo más probable es que sea el gran cráter de un Volcán extinguido. Se cuenta que las tribus de los Chibchas pertenecían a la civilización Muisca, se reunían anualmente en el escenario natural que circunda a la laguna, para participar de una ceremonia que tenía por objeto fecundarla, para que las cosechas de la región fueran abundantes y sanas.
La tribu se reunía alrededor para presenciar la ceremonia en la cual el Cacique de Guatavita se vestía con polvo de oro y en una balsa ceremonial se dirigía al centro de la laguna sagrada y se sumergía en ella, efectuándose así el rito de la fecundación.

Dice la historia, que en tiempos remotos había un Cacique muy apreciado por la tribu, estaba casado con una hermosísima princesa y vivían llenos de felicidad, el cielo era más hermoso, la luz de la aurora era más brillante, el canto de los pájaros era melodioso, los ecos de las voces de los juguetones niños eran música para sus oídos, las estrellas se veían tan cercanas que parecían estar al alcance de las manos; era un paraíso en que el amor que se tenían dulcificaba sus vidas. Al salir de su churuata, al amanecer, encontraban regalos de la tribu; panales de miel de abeja, flores y diversos y deliciosos manjares, cambures, manzanas, maracuyá y demás frutos.

De pronto los asuntos de la Tribu y sus relaciones con otras tribus fueron alejando al Cacique de las atenciones hacia su amada, se ausentaba por temporadas, a veces regresaba ebrio y saciado de los banquetes que tenía, por lo que empezó a ver a la princesa como un objeto más.
Aunque ella se adornaba con hermosos vestidos y flores, y le preparaba manjares con sus delicadas manos, las ausencias fueron creciendo, la princesa permanecía sola y llena de amargura. En la tribu había un guerrero valiente de porte varonil, cuya misión era custodiar a la princesa.
Cuando la vio muy triste empezó a darle consuelo tratando de convercerla de que la ausencia del Cacique, se debía a las múltiples ocupaciones, le regalaba ramos de flores hermosas de los campos, y la acompañaba a pasear por las veredas y los caminos, veían juntos las puestas de sol. Cierto día que paseaban, la princesa se resbaló y cayó lastimándose, el guerrero la tomó en sus fuertes brazos y la llevó a su cabaña, se quedó contemplándola y la acarició con ternura. Al ser informado el Cacique del accidente, sólo comentó: "Mi mujer debe ser fuerte, ella debe salir adelante sola".

El guerrero la siguió atendiendo solícito para que nada le faltara, cuando empezó a recuperarse, él la sostenía para que pudiera caminar. Una hechicera de la tribu, al verlos tan cercanos, los embrujó de amor…
La princesa empezó a sentir la llama de amor y acercándose al Guerrero se fundieron en un inmenso beso de amor.
Al correr el tiempo el Cacique fue informado de la infidelidad de su esposa y mandó que le llevaran al amante. Organizó en la tribu una gran fiesta, la princesa ocupó su puesto de honor y le fue servida una vianda cubierta con hojas de cambúr y flores. Al sentarse y descubrir su vianda, se horrorizó, los miembros de su amado guerrero le fueron servidos casi carbonizados. Ella se enloqueció y corrió hacia la laguna y se arrojó en ella, las aguas se cerraron abrazándola, los círculos concéntricos del agua producidos por la caída se recorrieron hasta las orillas en fúnebre ritual silencioso y la lluvia cayó en la laguna con lágrimas de dolor. El cacique quedó taciturno, y una gran tristeza lo embargó. Cierto día inconsolable y arrepentido, fue a reunirse con su amada al fondo de la laguna, a pedirle perdón y a vivir unidos eternamente.

Extraña historia de amor…

El camino que conduce a la laguna, se encuentra cortado por la mano del hombre, fue desalojada gran parte de esta laguna y sus aguas forman parte de otra extensa laguna, muchos han explorado su fondo para encontrar el tesoro dejado por los Muiskas.
Su superficie es extensa, transcurre una hora, aproximadamente, para recorrer el camino que la circunda. Llegamos a su orilla en un lugar apropiado.
Cuando nació Citlali, mi esposo y yo nos unimos a presentarla a la laguna en una hermosa ceremonia sencilla, dijo Aída. Con permiso de sus guardianes, hicimos un sencillo ritual y platicamos con su espíritu. Al terminar la ceremonia, el cielo se despejó y la lluvia dejó de caer, el sol resplandecía con todo su fulgor.
Después de disfrutar un delicioso almuerzo combinado con deliciosos elotes asados bañados de un rico sabor, regresamos. Enfrió la tarde, hicimos una parada en un pintoresco pueblecito llamado Sesquil, situado a 15 Km de la Laguna, a saborear una deliciosa y calientíca aromática de panela (Dulce de Piloncillo), combinada con queso fresco del lugar.

Con mi amor de maestro a todos.
PAX…

Gurú Pedro Enciso Ruvalcaba.